Inciensos y velas

La tradición de quemar o prender un incienso es ancestral a nivel mundial, bien para realizar ofrendas a nuestros más allegados fallecidos, o para Deidades, rituales de limpieza. O por el mero hecho de oler esas fragancias tan exquisitas que hace que nos evadamos por un momento de la realidad y de nuestros problemas. Usados también en meditación, dependiendo del grosor o tamaño de la varilla nos dará una idea del tiempo transcurrido.

Tanto los inciensos como las velas, han servido como instrumentos o herramientas energéticas, para "detectar" a través de la interpretación de sus restos, cambios de energía densa; o usados para limpiar los ambientes en una casa. Estas prácticas, no nos son desconocidas a las personas que practicamos una religión, pues, por ejemplo, se prenden cirios o velones para consagrar actos religiosos como una forma de alejar aquellas entidades densas, por ejemplo, en los actos de los Sacramentos.

O el uso del incienso quemado en el Botafumeiro en la Catedral de Santiago de Compostela, no solo como medida de higiene al recibir a tantos peregrinos haciendo el Camino, sino como un elemento para ahuyentar a los malos espíritus.

Diferentes formas de llevar a cabo un mismo objetivo, la limpieza de ambientes, la higiene y la protección.